31 de octubre de 2009

Finalmente nació Loana

Una noche antes, por buscar cambiar de planes y que yo pudiera estar presente en el parto fuimos a un hospitalucho de satélite con un médico malvado y abusivo que tocó de forma brusca y desconsiderada a Diana y a la bebé. Se mostró alarmado por un síntoma, nos instó a quedarnos ya en ese momento en su hospital, como dudamos nos mandó a hacer nuevos análisis de inmediato, mi amada se sometió a ellos al instante y cuando regresamos con el ginecólogo, una especie de Gregorio Casa tercermundista, nos anunció con gravedad su ultimatum: teníamos de ahí a cinco días para sacar a la bebé so amenaza de asfixia. La forma de pago: cash por adelantado; garantías: ninguna, y por supuesto que si alguna de "mis pacientes" se enfermaba de gravedad habría que trasladarla al seguro social (traslado no incluido en el paquete, of course).

Por el alarmismo-sensacionalismo-amarillismo-notarojismo del doktorcasatercermundista, mi musa y yo decidimos que ella tendría que ir a urgencias del seguro social a la mañana siguiente, 29 de octubre, y así lo hizo: su hermana la llevó mientras yo estaba en el trabajo. Más o menos a las doce supe que ya la habían aceptado e internado. Avisé en la chamba y me dejaron salir una hora antes de mi horario de salida, hice una escala técnica en casa para recoger los artículos personales de mi compañera y me fui al hospital en taxi.

Al cuarto para las cinco salió una trabajadora social a poner "el informe de las cuatro" en un pizarrón de corcho de la sala de espera. El nombre de mi musa estaba entre el de otras doce parturientas, decía primero "en sala de labor", y luego "en observación". El siguiente era el "informe de las ocho" de la noche, y había que esperarlo a eso del cuarto para las nueve. Pero a las ocho en punto salió una enfermera angelical y nombró a mi amada, como resorte llegué a su lado y mientras mi familia política se rodeaba junto conmigo a portadora de la buena nueva, esta me mostró una hoja con la huella azul de un piecito hermoso. Niña, dos kilos ochocientos cincuenta gramos, sana, y estable.

Mi compañera le había pedido a la enfermera que se asegurara de que yo recibiera esa información. Le pedí a mi vez que le dijera que... "Mejor escríbale una carta y se la llevo", me dijo. Tomé una pluma, un papel, y mientras escribía mi rostro se llenaba de lágrimas, mi nariz de mocos, y con mis ojos nublados y escurriendo por todas partes le mandé un mensaje de amor, de cariño, de compañerismo, de felicitación, y de ganas de estar ahí con ella.

Luego, de su familia (mi familia política y algo más que eso) me abrazaron para felicitarme todas sus hermanas, su mamá, su sobrina, llegaron mis papás y me abrazaron, y aunque trataba de aguantarme el llanto, de a ratos no podía más que dejar fluir mi rostro, mis sentimientos hechos agua y moco, en impulsos confusos entre culpa-emoción-sorpresa-admiración-alegría-alivio-asombro-amor-agradecimiento-y-ternura, explosiones internas, catarsis, abrumador chapuzón en el porvenir y revalorización de muchas ideas y actitudes recientes y remotas.

Todos mis amigos me llamaron al celular, les colgué a todos porque no podía contarme ni a mí mismo ese momento sin volver instantáneamente a un dulce llanto que aún ahora me nubla la mirada repentinamente. Se torció mi mundo y en un segundo percibí mucho de mí que no me gusta y quiero cambiar. Quiero escribirle más a mi dama, quiero escribirle también a mi hija, quiero decirles cuánto las quiero con actos de amor y cómo las quiero con palabras de amor (¿arjonismo?).

30 de octubre de 2009

Agonías naturales y carnes finas

Retomaré por un par de posts más el tema carnívoro. La cotidianidad me absorbe y no he podido revisar a fondo los anteriores textos carnívoros, ni sus respuestas; de verdad me gustaría hacerlo para responder bien y en forma. Aquí trato de hacer una síntesis.

La acusación de nazi ante la que protesté con la serie de posts carnívoros no provino en sí del video de los pollitos masacrados recién salidos del cascarón, sino de otro video, uno de un sitio llamado chooseveg sugerido en aquel otro que muestra el polloholocausto, en ese sitio provegetarianismo hay un video en el cual sacrifican reces "kosher" (link también a youtube porque la página de chooseveg está en asp's y fuera de windows podría no verse bien).

Lo irónico de todo este asunto, es que supuestamente la costumbre (o ley, si eres judío practicante) kosher fue originalmente, entre otras cosas, para dar una muerte más "humana" a las bestias que habían de convertirse en comida. Pero las leyes kosher se instituyeron hace un par de milenios, en la era de bronce; en ellas se indican los procedimientos que deben efectuarse para sacrificar a los animales, y disponen, precisamente, que hay que cortarles la garganta como lo hacen en el "inhumano" video arriba linkeado.

Ahora bien, cualquiera que haya ido alguna vez a los toros, o a los gallos, o que haya visto agonizar animales heridos de muerte por otros animales (recuerdo particularmente cómo un caballo sobre el que yo iba montado mató de una patada a un perro), sabe que la muerte casi nunca llega fulminante como en las películas de acción.

Por lo general el cuerpo agonizante se resiste a la muerte con todas las fuerzas que le quedan. Las fuerzas se van desvaneciéndo y el animal se echa, debilitado pero todavía alerta, y así permanece hasta que a) se lo comen sus depredadores, b) lo remata algún piadosísimo humano, c) la muerte termina de llevarse su "conciencia" y bajan los buitres y se lo comen. Normalmente, incluso cuando los órganos vitales han dejado de funcionar, el cerebro de la pobre bestia sigue funcionando algunos minutos mientras se apaga, y se percata perfectamente de la paulatina e inevitable llegada de su fin.

Justo así es como la mayoría de las personas moriremos algún día (tal vez por eso el Choco sentenciaba: we are all gonna die horribly). Supongo que morir de viejo en una cama y de preferencia durante el sueño (y con los menores achaques posibles) es lo que todos quisiéramos, o ya de perdida como el de Les invasions barbares: morir en compañía de sus mejores amigos con unas cuantas inyecciones de heroína; o tal vez hasta morir como El paciente inglés pero sin todas sus quemaduras.

Todo eso está muy bien, el bien morir, y demás. Sería magnífico que fuera según nuestros designios. Pero eso sí, nada sustituirá nunca a que el fin sea hasta después de una buena vida, de haber vivido bien y de haber disfrutado. Ya que, sin este último componente no hay buena muerte que valga.

Dos ejemplos en mi vida:

1.- El mes pasado pude irme a un restaurant de cortes argentinos con mi amada compañera y saborear un delicioso bife de chorizo jugosísimo, mientras en mi mente al mismo tiempo aparecían las imágenes del video linkeado al principio deste post sin sentirme ni asqueado ni culpable ni mal ni nada, y sin dejar de disfrutar la textura y el sabor en mi paladar. Todo lo anterior sin considerarme un cínico, ni un nazi despiadado.

2.- Una semana después de 1 fue el baby shower mixto de mi beba próxima a nacer [BREAKING NEWS: MI BEBA ACABA DE NACER EL 29 POR LA NOCHE] y hubo parrillada de bisteces; resultó que no comí carne en esa ocasión, en parte por moderación (que es mi producto) y en parte por mamón, por fino, porque me gusta la carne suave, tierna, jugosa, y sabrosa, y no las suelas de zapato que suelen hacer pasar por comida acá en México en los asados domingueros caseros.

No ignoro los males deste mundo, si un consumo desmedido de 'lo que sea' lleva a horrores como los de los pollitos o de las reces kosher, o hasta a muertes y torturas entre humanos, no culpo deso a 'lo que sea', ni al consumo mismo, como si pudiéramos vivir sin consumir (los alimentos los consumimos, ¿no?), sino que culpo a lo desmedido.

Los amigos italianos de mis papás que eran niños en la postguerra mundial, me platican que sólo comían carne cuando el pater famiglia se decidía a matar al pato o a alguna gallina, o llegaba una buena suma de dinero y podían comprar un cerdo o ya de a tiro carne de res, y eso casi nunca sucedía más de una vez al mes. Claro, se debía a la carestía que prevalecía en esa tierra en esos tiempos, muy diferentes de los de la Europa de hoy en día. Pero si voluntariamente pudiéramos moderarnos y consumir en las mismas proporciones que nuestros abuelos o bisabuelos hace 70 años, y nos organizáramos, podríamos bajar la demanda de algunos bienes y presionar por mejores prácticas a los productores. De ese modo yo podría seguir disfrutando de unas rebanadas de jamón serrano cada seis meses o un año, pensando en la vida paradisiaca (abundante, alegre y limpia) que se le dio a esos sabrosos cerdos, y la dulce muerte que ni siquiera sufrieron y que les llegó junto con una inyección de placer orgásmico. No sé si eso le añadiría placer culinario a mi prosciutto de Parma; tal vez sí una sensación de rectitud y superioridad moral, o tal vez una aparente limpieza en mi acto... Y finalmente, ¿por qué creer que la abstinencia o la prohibición son mejores ejémplos morales y/o más difíciles y/o virtuosos que un consumo moderado?

29 de octubre de 2009

Apologismo académico bloggero

Puesto que todo está en crisis (hasta mi propia razón) y hay tremendos riesgos para el blog, el cual siento (creo, pienso) que caería muerto instantáneamente si es que yo un sólo día de aquí al 31 de diciembre dejara de postear*, y la verdad le he agarrado harto cariño a esta e-bestia. Como todo está en crisis, decía, debo aprovechar al máximo cada teclazo y traslaparlo, hacerlo valer en varios frentes. Así que a pesar de la sugerencia del Absorto de no publicar mis trabajos universitarios aquí, creo que haré precisamente lo desaconsejado por mi amigo.

Pongamos de ejemplo el día de hoy. Para mí es domingo, pero para ti, lector, quién sabe que día de la semana o qué tan distante sea la fecha entre tu tiempo de lectura y el de salida deste post. Igual serás un robot explorador de textos para indexarlos y hacer más eficiente a tu buscador, querido lector (si algún día un algoritmo de búsqueda cobra concienca de su existencia y es capaz de entender este texto, ¿se sorprendería?). Este domingo haré tarea toda la tarde, y mi tarea es escribir textos, así que puedo fragmentarlos y programarlos para que salgan aquí más adelante.

Entonces mis trabajos universitarios saldrán a la luz pública aunque eso pueda afectar mis futuras aspiraciones a presidente de los Estados Unidos, o tal vez a rector de alguna universidad dedicada al la literatura. Puestos a los cuales, aunque parezca increíble, de cualquier modo no aspiraba ni aspiro (¿aspiraré algún día?). Serán textos destinados a la carrera, pero como el blog también va a ser su propósito, el estilo de tales trabajos será un híbrido entre blog y academia.

* Ya para el siguiente año renovaré con otros términos mi autocontrato, por supuesto, pero de momento las reglas está puestas.

28 de octubre de 2009

Parecon - Parte 1 (24 de 48)

¿Qué implicaciones tienen las divisiones laborales corporativas para con la solidaridad? La división en circunstancias y en poder diferentes entre tú y yo no conduce obviamente hacia la empatía entre nosotros. Si hacemos esas diferencias sistemáticas, con, digamos, 20 por ciento monopolizando el trabajo mejor y más empoderador, y 80 por ciento mayoritaria o exclusivamente haciendo lo que se les indica --la solidaridad entre aquellos que mandan y aquellos mandados sufre una muerte rápida pero dolorosa. Peor, supongamos, tal y como es generalmente el caso, que una vez que existe una división laboral corporativa esta se extiende en una división de clases más amplia y penetrante. Aquellos por encima de cierto corte en la jerarquía empoderada están en una clase, la cual define y controla en gran parte sus propias circunstancias y las circunstancias de aquellos más abajo, y quienes están debajo de ese corte son parte de otra clase, la cual obedece órdenes y obtiene lo que sus miembros pueden sacar a cuentagotas. Las conductas, estilos de vida, vestidos, hábitos, e incluso lenguajes de las dos clases entran en oposición. Una clase monopoliza la información, el entrenamiento, el conocimiento, el estatus asociado, y las gratificaciones de la expresión y la actuación, además de todos los ingresos que puede tomar para sí misma por medio de su inflado poder de negociación. La otra clase, excluida de la educación y controlada por actividades entumecedoras, se arrastra detrás con ingresos y poder de negociación marginales, ya sea doblada en sumisión, o, si es avivada por su apremio, enojada y rebelde. La clase coordinadora ve despectivamente a los trabajadores como a instrumentos con los cuales lograr que se hagan las cosas. Encara a los trabajadores de forma paternalista, considerándolos como necesitados de guía y supervisión y como carentes de las mejores cualidades humanas que justifican tanto insumos autónomos como mayores ingresos necesarios para sostener gustos más caros. Los trabajadores responden viendo a los coordinadores como bien educados y confiables --lo que de hecho generalmente son-- pero también como arrogantes, snobs elitistas carentes de sentimientos humanos y solidaridad. O pueden darse cuenta de que las diferencias en talentos, conocimientos, y confianza derivan en su mayor parte de circunstancias ampliamente distintas en la vida doméstica y la escolaridad, y por supuesto en la división laboral que literalmente impone resultados jerárquicos independientemente de los verdaderos potenciales y capacidades de las personas. De cualquier modo, tal y como podrían darse cuenta, esas diferencias no justifican de ninguna manera las diferencias de ingresos y poder. Pero en cualquier caso, o en cualquier mezcla de percepciones más conflictiva y ambivalente, la solidaridad es obstruida por tal división de clases, y la hostilidad y la supervisión crecen en su lugar.

¿Que hay de la equidad? Si tenemos una jerarquía de empoderamiento, podemos predecir con confianza que aquellos que están arriba usarán su poder diferencial para desviar los ingresos hacia su propia ventaja material. ¿Porqué? Imaginemos que algunos tipos tienen mejores condiciones y más control debido a una división laboral jerárquica. ¿Decidirán entonces dichas personas que se merecen más ingresos por estar más educados, más informados, y por tener más responsabilidades, igual que para alimentar sus más refinados gustos y deseos? ¿O acaso decidirán que los exaustos y menos educados trabajadores que soportan peores condiciones merecen más ingresos por su mayor sacrificio?

La razón por la cual las divisiones laborales jerárquicas obstruyen la equidad material es que la única forma para que aquellos que están más arriba vean que aquellos que están más abajo en la jerarquía merecen más paga sería que sintieran que aquellos de más abajo están sacrificándose enormemente debido a sus peores condiciones y a su menor empoderamiento. Pero si yo estoy en la cima y concuerdo activamente con que aquellos más abajo de mí están sufriendo, entonces para mantener el respeto propio tendría que preguntarme si no estoy siendo injusto al estar en la cima. La forma para que en vez de eso yo me sienta bien al estar por encima de otros es decirme que pertenezco al nivel superior al de ellos y que ellos pertenecen al nivel inferior. Llego así a la conclusión de que aquellos que están desempoderados son idóneos sólo para obedecer. Están cómodos y son apropiadamente utilizados cuando son obedientes. Serían unos peces fuera del agua y harían un desastre de los resultados económicos si se les obligara a soportar más responsabilidades. Nosotros que estamos en la cima estamos cómodos y somos apropiadamente utilizados en nuestro estado más alto, a pesar de tener que aguantar tremendas responsabilidades. Pertenecemos aquí y la sociedad nos necesita aquí, y tanto para estar cómodos y ser capaces de actuar en todas estas responsabilidades como para que podamos disfrutar mejor de las cosas más buenas de la vida que nuestros gustos refinados desean, necesitamos ingresos extra. Los otros no los echarán de menos, así que démosnoslos a nosotros mismos, por supuesto. Esa es la lógica que traduce predeciblemente diferencias persistentes de poder en diferencias paralelas de los ingresos.

27 de octubre de 2009

Quejumbrosa universidad no me deja en paz

Parece que habrá dos días feriados en mis lunes universitarios (2 y 16 de noviembre), lo cual deja tan sólo 3 clases más antes de que acabe el semestre.

He entregado una nada de trabajos correspondientes al presente ciclo escolar, pero he leído bastante de la selección de lecturas de lingüística, e incluso he avanzado más allá de donde vamos en la clase. Por lo tanto voy a hacer los cuatro primeros trabajos desa disciplina cuyo objeto de estudio es la Lengua, y luego, ya con más calma, repartiré mi tiempo entre las otras tres asignaturas.

Después de los trabajos lingüísticos creo que estudiaré para Métodología de la investigación bibliográfica y redacción, porque para la próxima clase tengo el segundo examen parcial, y para el 30 de noviembre debo exponer una unidad de la guía de estudios en conjunto con un compañero.

Después de prepararme para Metodología (estuve tentado en abreviarla como Meto, pero no quería alburearme a nadie) me pondré a hacer al menos unos cuatro trabajos de Literatura hispanoamericana del siglo XX, además de repetir el ensayo respecto a Rayuela. Así, si todo sale bien me pondré casi al día en tres de las cuatro materias, y tendré buenas posibilidades de pasarlas para el final del semestre.

La cuarta materia, Literatura española del siglo XX probablemente la repruebe, lo cual será lamentable, pero también podría hablar con el prof y ver si dará alguna otra clase el semestre que viene, para entregarle las tareas que tengo pendientes (todas) y que me ponga una calificación en el periodo de extraordinarios del siguiente ciclo escolar.

No me siento sobrepasado por la complejidad de los temas, es más, todo lo visto hasta ahora me resulta comprensible y relativamente fácil de hacer. Mi problema justo ahora son los tiempos, debo dedicarme al trabajo, al hogar, a restablecer una relación de complicidad con mi embarazamada, y a los cuidados dirigidos a que mi hija nazca bien y sana, y todo rapidito y con buena cara, para empezar en una semana además de todo a ser papá. Así que ahora mismo el agobio me viene de la falta de posibilidades concretas para dedicar el tiempo necesario a la lectura y la elaboración de los trabajos escolares necesarios.

26 de octubre de 2009

El Manifiesto puntoComunista (11 de 15)

Pero la ley de la propiedad burguesa no es un amuleto mágico contra las consecuencias de la tecnología burguesa: la escoba del aprendiz de brujo seguirá barriendo, y el agua seguirá subiendo. Es en el campo de la tecnología en que la derrota de la propiedad ocurre finalmente, cuando los nuevos modos de producción y distribución revientan las cadenas de la ley obsoleta.

Todas las clases precedentes que se hicieron del poder, buscaron fortificar su status recientemente adquirido sujetando a la mayor parte de la sociedad a sus condiciones de apropiación. Los trabajadores del conocimiento no pueden convertirse en los amos de las fuerzas productivas de la sociedad, excepto si abolieren su particular modo de apropiación previo, y por tanto, tambien cualquier otro modo anterior de apropiación. La suya, es una dedicación revolucionaria a la libertad: a la abolición de la propiedad de las ideas, a una libre circulación del conocimiento, y a la restauración de la cultura como un bien comunitario simbólico que compartimos todos los seres humanos.

25 de octubre de 2009

Ya en el nuevo departamento, dilemas de clase

Ya vivimos mi compañera y yo en el nuevo depto. Mucho más grande, con habitaciones de dimensiones normales pero closets de toda una pared. Ya nos llegó el nuevo colchón, ya tenemos buena presión en la regadera, ya tenemos persianas e internet, ya tengo donde estacionar el coche y también un escritorio (que me regaló mi musa) donde estudiar, navegar y escribir. La crisis me ha pegado igual de duro que a todos, y el incremento de la renta (junto con diversos gastos efectuados para el cambio) me ha dejado sin el más mínimo capital hasta como por ahí del 15 de noviembre, pero si tomamos en cuenta que a partir de entonces tengo que pagar mi deuda en realidad no tendré dinero sino hasta que me paguen el aguinaldo, y eso quién sabe. Vivo pues al día, sin ahorros, de momento de prestado, pero ahora estamos en un lugar donde mi amada se siente más capaz de criar a nuestra pequeñuela, que creo que nacerá como en una semana.

Hace un par de días nos enteramos que los inquilinos del piso de arriba son trabajadores jubilados de LFC (Luz y Fuerza del Centro), empresa gubernamental de electricidad en el centro del país que fue abolida por decreto presidencial y cuyos 42mil ex-trabajadores (entre ellos, nuestros vecinos) están organizando todo un merequetengue para reclamar que les regresen su trabajo. El gobierno ha estado haciendo una campaña, no siempre excesivamente sucia o errada en cuanto a las críticas a las prácticas que tenía LFC, para justificar su forzosa (yo más bien diría forzada) desaparición. Creo que en una posición como la del presidente de un país, una decisión así de grande y controvertida debe de llevarse hasta las últimas consecuencias sin dar marcha atrás de ningún modo y por ningún motivo so pena de perder cualquier credibilidad o autoridad (si es que se tenían desde antes).

Eso me recordó que el lunes pasado en la universidad el profesor de letras españolas del siglo XX nos relató todos los conflictos que surgieron en el periodo entre el la güerra civil española, que dejaría instalado a Franco desde 1939 hasta 1976, y como cuarenta años antes (o sea, como desde 1896). Entre los muchos movimientos políticos y culturales que nos mencionó, habló también de que en ese entonces se había generado mucha conciencia de clase, luego nos dijo que aquellos de la actualidad (no capitalistas, es decir, que no eran dueños de bienes de producción) que despotricaban en contra del mal servicio, y de lo merecido que se lo tenían los de LFC, influenciados por la propaganda estatal, no tenían conciencia de clase. Conciencia de clase es, desde ese punto de vista estándar, saber de qué lado estás: a) puedes ser dueño de los bienes de producción (ergo eres capitalista), o b) puedes ser asalariado sin más medios económicos que aquellos apenas suficientes para sobrevivir hasta fin de mes (ergo eres trabajador).

Igual y estoy más avanzado en materia económica por haber leído Parecon, pero según recuerdo Michael Albert menciona que hay entre esas dos clases, otra clase más que sirve de amortiguador, que se encarga de obtener los resultados requeridos a los trabajadores para entregárselos íntegros (o casi íntegros) a los capitalistas. Se llama 'clase coordinadora', suelen conformarla asalariados con mejor sueldo, mejor educación, y hasta relaciones personales con varios de sus superiores. A estos coordinadores se les dificulta adquirir conciencia de clase trabajadora (o sentirse parte de los trabajadores y apoyarlos) porque si bien comparten con los miembros de esa clase el hecho de ser asalariados y tener que obedecerle al dueño de donde sea que trabajen, se diferencian de los trabajadores por el hecho de que estos últimos suelen recibir órdenes dellos, por la diferencia salarial, y por las aspiraciones capitalistas que pueden tener, con buenas posibilidades de alcanzarlas. Y me parece lógico, porque un coordinador siempre se va a sentir más cerca de sus propias aspiraciones (cerca de los dueños) que de quienes se les someten (alejados de los trabajadores).

Ahora bien, se me ocurrió que entonces hay una contradicción, o al menos un error conceptual en el argumento del profesor, porque las universidades entrenan a coordinadores, no a mano de obra. Y los coordinadores concientes de su situación deberían también tener conciencia de su propia clase semi-privilegiada, y quizá saber sacar el mejor provecho de la coyuntura actual "ex-LFC - gobierno - empresas", para dar "el salto de calidad" y volverse capitalistas.

24 de octubre de 2009

Avances y retrocesos universitarios, y avance (sólo avance) hacia la paternidad

Mis lecturas durante la semana han seguido su curso y ahora estoy ligeramente avanzado en Lingüística. Leo a Roman Jakobson mientras bosqueja y trata de definir lingüísticamente la poética. Más o menos es como decía Eco (que decía el mismo Jakobson): la producción poética es bastante autoreferencial, se trata de una sobrecodificación que pareciera no tener otro objeto que llamar la atención sobre sí misma. Estoy a 10 páginas de terminar de leer la unidad 4, mientras que en clase el maestro todavía no termina de explicar la unidad 3; Ahora sólo me falta responder a las preguntas de los trabajos correspondientes a cada una de las unidades, y entregar la tarea atrasada.

Por otro lado he estado leyendo también el manual del curso psicoprofiláctico. Creo que cualquiera que quiera tener un bebé debería tomar un curso como ese. No porque todo lo que se diga sea correcto (un botón: recuerdo una vez a la instructora diciendo que Dios no le daba hijos a los que no fueran capaces de criarlos), sino porque lo imparten personas que, al menos desde su actitud, trasmiten experiencia y seguridad, porque mantienen una postura de viejas sabias bonachonas y condescendientes que te venden su producto: "El embarazo-nacimiento-crianza es una experiencia intensísima que debe ser disfrutada, vivida y compartida por los miembros de la pareja como algo único e irrepetible".

Regresando a la escuela, no he encontrado el espacio para estudiar sobre métodos bibliográficos y el próximo lunes hay examen; ni tampoco he podido leer a Rubén Darío, Amado Nervo, César Valejo, Nicolás Guillén, Vicente Huidobro o a Borges, para la clase de letras latinoaméricanas.

23 de octubre de 2009

Por qué el opensource no agarra la onda (1 de 12)

En la última serie en seis partes titulada Argumentación re-traducida y comparada del Software Libre, publiqué mi corrección de la traducción que hay en la FSF del texto The Free Software Definition. A continuación publico mi corrección de la traducción de otro texto más: Why Open Source misses the point of Free Software.

Por qué el código abierto se equivoca respecto al software libre

por Richard Stallman

Cuando llamamos al software "libre", nos referimos a que respeta las libertades esenciales del usuario: la libertad de usarlo, de estudiarlo y cambiarlo, y de distribuir copias con o sin cambios. Esta es una cuestión de libertad y no de precio, por lo tanto piense en "libertad de expresión" y no en "barra libre". (En inglés el término free puede significar "libre" o "gratuito".)

Estas libertades son de vital importancia. Son esenciales, no sólo en beneficio del usuario individual, sino para toda la sociedad porque promueven la solidaridad social -es decir, el compartir y la cooperación. Tales libertades se vuelven aún más importantes al hacerse nuestra cultura y nuestras actividades cotidianas más y más digitales. En un mundo de sonidos, imágenes y palabras digitales, el «software libre» se hace cada vez más esencial para la libertad en general.

22 de octubre de 2009

Mi producto invisible

He estado pensando respecto del debate sobre la carne, creo que próximamente pondré mis conclusiones al respecto no sólo porque el tema haya sido el hit que fue en los comentarios, sino porque además creo que obtuve algunos insights al respecto. Por ejemplo, me di cuenta de que mi producto es la moderación. Sí, claro, me reprenderán, ¡cuánto te moderas en este blog que sale diario!

Digamos que me sitúo en algún punto entre no escribir nada nunca y escribir un post y cinco comments por hora. Digamos también, que hay otro punto entre fumar sesenta cigarrillos al día y jamás fumar ni uno solo, nunca, en el que estoy. O también digamos que hay quien come carne en el desayuno, la comida y la cena, todos los días de su previsiblemente corta vida (o al menos desde que puede decidir efectivamente) y quien se abstiene por completo desde cierto momento de su existencia y para siempre de ahí en adelante. En algún punto entre los extremos exceso-abstención, está la moderación que me gusta tanto.

La moderación para mí es suprema porque combate al estado clínico, al estado sobreprotector que piensa que sus individuos, incapaces de decidir por sí solos, en lugar de educarse para lograrlo, ya sea deben ser obligados a obedecer o bien ser internados en alguna institución si trasgreden las normas que la sociedad (de los más ricos, reaccionarios y retrógradas) le ha encargado imponer.

La abstención no se permite a sí misma ninguna probada de aquello que rechaza; y el rechazo es porque: o bien se abstiene uno de lo que considera moralmente malvado, o bien se abstiene uno de la tentación de lo más fuerte que uno mismo (o de lo que a uno no le gusta, pero ya se sabe, el gusto es asunto "solamente" personal). El exceso quiere surtirse permanentemente de aquello que lo calma momentáneamente, y se entrega a su objeto de manera total y completa, sin consideraciones ulteriores y disculpándose de antemano de su debilidad. La moderación es saber disfrutar de un placer de vez en cuando, cuidando de no caer de más en los excesos; es un movimiento que no se disculpa por la debilidad ni trata de prohibir aquello "más fuerte" que uno; es algo que pone la responsabilidad en el individuo, no que lo disculpa por su debilidad o por la extrema fuerza de lo que lo podría arrastrar.

Otro insight fue respecto a las diferencias en la moralidad. De hecho, saber que otros valoran más lo que uno valora menos, o que yo valoro más algo que otros menos, es algo que debería ser aceptable dentro de ciertos límites. Lo que vi en el debate fue que se me acusaba de cínico por no compartir la moralidad de mis amigos. Pero yo no me considero un cínico, yo también tengo mi escala de valores y me muevo dentro della sin trasgredir ciertas normas y pautas. Así, para decir que alguien es un cínico se debería hacer desde su propia escala de valores y no desde la de quien denuncia. Asumir que todos tenemos o debemos tener el mismo sistema de valores es querer uniformar, y tal vez desde una óptica autoritaria sea lo correcto, pero desde la mía, según la cual valoro más la diversidad, no lo es.

También está el insight de la verdad, el de la filosofía, el de los ataques personales (en los que también yo caí), y el de entender la apertura y tolerancia así como sentir el afecto de mis amigos aún cuando se hayan encendido enormemente al comentar en el blog.

21 de octubre de 2009

Texto encontrado junto a otros textos

Hay tres actividades que hago con regularidad y constancia: suelo comprar boletos de lotería (por una compulsión del tipo "si no juegas no hay posibilidades de ganar"); suelo dar dinero a quienes me dan un servicio aunque no quiera ni les pida que me sirvan (por una superstición según la cual si no actúo generosamente algo le puede pasar a algún ser querido); y suelo escribir un resumen de mi historia cada mes para cotejarlo con los anteriores y corroborar que mis recuerdos coinciden y que no me he vuelto loco.

Todo empezó una tarde de un miércoles en que regresaba a mi departamento de eterno soltero en el D.F. me detuve en el semáforo donde Revolución cruza Benjamín Franklin y en un descuido me cayó encima un limpiador de parabrisas. Yo no tenía cambio, pero por mi ya mencionada superstición no podía irme sin darle algo al ceniciento muchacho, que tendría unos 14 años. Me entró pánico de que el semáforo se pusiera en verde y yo tuviera que arrancar sin haberle dado ni un centavo, así que metí la mano al bolsillo y saqué mi cartera. Sólo había dos billetes de quinientos. Se puso el verde y me decidí: ante la mirada atónita e incrédula del joven le puse en la mano uno de los billetes y arranqué. Llegué a casa con una triple sensación: a) me sentía ridículo por temer así a una superstición, pero mejor eso a que algo malo le pasara a algún conocido mío, b) me dolía haberle dado a un desconocido tanto dinero, y c) me consolaba imaginando al chico saltando de alegría y yéndose a emborrachar con su banda de niños de la calle.

Esa noche gané 1500 pesos en la lotería. No fue el premio mayor, pero fue mucho más que el esporádico reintegro. Al día siguiente fui a cobrar lo ganado y se me ocurrió La idea.

Al siguiente miércoles le di a un niño que boleó mis zapatos quinientos pesos y a un cuidador coches en un estacionamiento le di otros quinientos. Si el experimento fallaba sólo habría perdido mil pesos. Pero en la noche durante la extracción de los números ganadores, y luego confirmándolo por internet, vi que había ganado tres mil pesos. El miércoles siguiente repartí dos mil pesos entre variadas personas humildes, y en el sorteo de la noche gané seis mil en la lotería. La cosa siguió así sin mayores problemas por un buen rato, yo repartía durante los miércoles el 66% de lo ganado la semana anterior y en el sorteo nocturno ganaba inexorablemente tres veces exactas la suma repartida por la tarde, hasta que los de la lotería empezaron a ponerse recelosos por la frecuencia y los montos, y tuve que contratar a mensajeros de confianza para ir a recoger el dinero.

Pasaron un par de años y acumulé una fortuna. El truco no funcionaba si repartía el dinero entre familiares o amigos, o si lo repartía otro día de la semana distinto del miércoles, o si pedía que otras personas lo repartieran por mí; por lo que en México de cualquier modo mis ganancias nunca fueron mayores a unos seis millones de pesos semanales. En E.U. me asustó que fueran a verme de parte del FBI y en Inglaterra tuve que pagar tantos impuestos que práctiamente no fue negocio, además de que en esos países no había tantos pobres ofreciéndose para dar servicios, por lo que preferí regresar a México. En el Distrito Federal, ciudad más propicia en todo el país para mi actividad, me he visto obligado a cambiar todo el tiempo de area de reparto porque si no las personas de los semáforos se me van encima como moscas en cuanto me reconocen y mi paranoia me hace sentir que corro peligro.

Ahora tengo la impresión (quizás supersticiosa) que si dejo de hacer mi labor filantrópica no sólo dejaré de ganar en la lotería, lo cual a estas alturas ya no me preocupa mucho, sino que además perderé todo lo que he ganado hasta hoy. Así, me veo obligado a salir desde las cero horas del miércoles hasta las 23:59, a repartir dinero a cuanto pobre se me aparezca y ya hace rato que no me doy abasto. A veces creo que no ha habido un estallido social en México solamente porque yo estoy por ahí repartiéndole dinero a los pobres, creo que nadie puede decir tan sinceramente como yo que "primero los pobres". Mañana (o más bien al rato) iré a repartir efectivo a Tepito.

20 de octubre de 2009

Un mugroso seis de calificación

Saqué seis con el trabajo sobre Rayuela, en primer lugar mis comentarios iniciales del ambiente en clase fueron tachados (evitar comentarios impresionistas), luego el profesor tachó también toda la cita sobre lo que quería decir estilo sacada de la wikipedia en inglés que traduje lo mejor posible, por no ser una fuente académica. Quitando todo eso, quedó como una página y media de las tres que entregué. Las notas al final decían: deben ser entre 5 y 7 cuartillas, y falta aparato crítico, ah, y en cualquier lugar en que aparecía el título del libro venía escrito "cursivas". Con todo quedé contento, pues si los breves fragmentos que no fueron tachados bastaron para sacar la calificación aprobatoria mínima, quiere decir que le gustó lo poco que quedó, ya sea en cuanto al contenido o al estilo. Pero también quedé descontento, porque voy a tener que volver a hacer ese trabajo y entregarlo junto con otros dos que debo sacarme de la manga de aquí a dentro de tres semanas. Espero que eso sea suficiente para al final pasar la materia, que por lo visto no va a ser tan pan comido como creía inicialmente.

Dentro de una semana debo entregar las primeras tres unidades de Lingüística de los cuales sólo tengo inicios muy someros, afortunadamente ya leí todo el material correspondiente y en clase entendí todo a la perfección. Debo preparar para finales de noviembre una exposición para Técnicas de investigación bibliográfica y redacción, y aún no entiendo la dinámica del de Literatura española del siglo XX, pero este último tiene publicado todo en un blog, y además me dio su correo electrónico, así que lo mejor será leer su programa académico onlain y escribirle en caso de tener dudas. Así las cosas: con trabajo hasta el cucurucho, curso psicoprofiláctico los martes y sábado, bebé tocando la puerta, compañera amada chipil y necesitada de cariños, debo ver cómo hacerle porque quiero aprobar el primer semestre y terminar otra vez invicto este año en el blog. Sé que soy ambicioso. Espero sólo ser ambicioso, y no fantasioso.

19 de octubre de 2009

Parecon - Parte 1 (23 de 48)

Divisiones laborales corporativas

Producir cualquier producto o servicio particular requiere tareas variadas. Una división laboral jerárquica es aquella que reparte esas varias tareas en puestos escalonados jerárquicamente entre sí. Algunos conjuntos de tareas se combinan en puestos que tienen mayores efectos de calidad de vida y/o de empoderamiento. Otros conjuntos de tareas se combinan en puestos que tienen menos de esos mismos atributos. Los puestos por lo tanto forman una jerarquía que afecta en la calidad de vida y en el poder que tales puestos otorgan a los trabajadores, del mismo modo que se asocia a la remuneración y al estatus. Esta jerarquía demarca la diferencia entre ser un mandadero multiusos, un vigilante, un obrero de linea de montaje, un capataz, un gerente, un ingeniero, un vicepresidente, o un miembro de la junta de accionistas.

En cualquier lugar de trabajo, podemos examinar el placer o sufrimiento que un puesto conlleva, las tensiones que impone, su sociabilidad o aislamiento, sus peligros o sus sensaciones de realización, la paga que otorga, y las implicaciones de empoderamiento que da a las personas de cara a sus propias situaciones o las situaciones de los otros. Si descubrimos que algunos puestos tienen muchas más de las características preferidas y algunos muchas menos, entonces el lugar de trabajo tiene lo que llamamos una división laboral corporativa. Por el contrario, si no podemos acomodar los puestos de una economía en una pirámide respecto a implicaciones de deseabilidad o empoderamiento, entonces el trabajo no tiene una división de trabajo corporativa.

Entonces ¿cómo juzgamos a la división laboral corporativa en cuanto a medio para lograr cumplir las funciones económicas? Tal como con todas las instituciones, debemos examinar las implicaciones de esta elección para con la solidaridad, diversidad, equidad y auto-gestión.

Empezaremos con el aspecto más obvio: si tenemos una división laboral corporativa en la cual unos pocos trabajadores tienen condiciones excelentes y circunstancias que los empoderan, muchos caen muy por debajo, y la mayoría de los trabajadores esencialmente no tienen ningún poder, obviamente no veremos a todos los actores ejerciendo influencia sobre las decisiones proporcionalmente al grado en que estas los afecten. Por una razón, una división laboral corporativa casi siempre conlleva que los actores tengan influencias diferentes sobre los resultados. Aquellos en la cima generalmente tienen más "votos" que aquellos en la base (de hecho, aquellos en la cima casi siempre tienen todos los derechos formales de voto sin dejarle ninguno a los que están en la base). Pero incluso si todos tuvieran un voto en cada decisión importante independientemente de su puesto, aun así, con una división laboral corporativa, las circunstancias específicas de cada persona la o lo capacitarán de manera distinta. Esto asegurará a su vez que a pesar de que todos tengan una influencia formal equitativa, por falta de información, tiempo, habilidades, y disposición, aquellos con trabajos menos empoderadores serán menos capaces de llegar a, o manifestar sus puntos de vista, y aquellos que disfruten de trabajos que conlleven más información, confianza y habilidades de toma de decisiones dominarán el debate y la elección. La democracia formal no garantiza a la democracia real. Las voluntades de los trabajadores empoderados superan a las voluntades de los trabajadores privados del empoderamiento porque los trabajadores empoderados pueden poner agendas y fácilmente pasar por encima de las preferencias poco informadas, y muy probablemente monopolicen también los votos. Las voluntades de los trabajadores desempoderados tienen pocas probabilidades de ser siquiera escuchadas, mucho menos implementadas.

Para ver lo que sucede al dividir el trabajo como fue indicado, imaginemos que de un día para otro se decidiera llevar a cabo elecciones formalmente democráticas para varias políticas en una empresa típicamente corporativa. Los trabajos en esa empresa, sin embargo, deben permanecer como los conocemos en la actualidad. Los gerentes, directivos, ingenieros, vigilantes, despachadores, y obreros de líneas de montaje todos van a votar sobre amplias políticas que provean las normas centrales para sus actividades cotidianas --pero en sus actividades diarias van a hacer justo lo que han hecho antes, con la misma autonomía o falta de ella, el mismo trabajo empoderador o desgastante, etcétera. Pese al enfoque de un voto por persona y gobierno de la mayoría para las decisiones más importantes, podemos predecir que en el proceso de desarrollar las opciones de voto y en seguida en la argumentación a su favor, sólo las opiniones de los empleados con acceso al conocimiento de la empresa y con habilidades relevantes de toma de decisiones llegarán al frente. Ellos definirán los programas. Ellos pontificarán tediosamente o atractivamente, solos. Sus deseos dominarán abrumadoramente las propuestas, discusiones, debates y elecciones. La distribución jerárquica de circunstancias empoderadoras que confieren a tan sólo unos pocos actores las opiniones informadas y la información de toma de decisiones, habilidades, y confianza, obstruirán la participación de todos los actores al momento de votar. Las divisiones laborales corporativas asegurarán que unos pocos puedan dar órdenes y los más las obedezcan, y estas no son condiciones que conduzcan a la participación equitativa de todos. Con la organización corporativa, esto es, la democracia formal se convierte no sólo en una fachada que cubre una concepción y un debate desiguales, sino en una molestia que desperdicia tiempo y energía. Si estás abajo en la jerarquía, ¿porqué tendrías que acudir a juntas y votar cuando tu asistencia y voto tienen poco o ningún impacto puesto que las decisiones reales son mayoritariamente tomadas antes de que siquieras llegues a la escena? ¿Porqué tendrían aquellos que sí impactan los resultados que tolerar la participación de los desinformados y arriesgarse a tener que desperdiciar tiempo intentando convencerlos de las opciones a seguir? La organización jerárquica del trabajo empodera a unos pocos y les da a esos pocos todos los incentivos para remplazar las reglas formalmente democráticas con su propio dominio explícito de cada faceta de la toma de decisiones. Las divisiones laborales corporativas no promueven y de hecho obstruyen abrumadoramente la auto-gestión.

18 de octubre de 2009

¿Qué añade la neutralidad?

Leyendo a Benveniste para la universidad. Recordé fulgurantemente que la primera vez que quise aprender alemán; o bueno, no que quise, sino que me obligaron a ir clases de alemán, todo iba bien en mi lento y paulatino aprendizaje desa lengua con sonidos ríspidos y guturales hasta que quedé bloqueado, incapaz de ir más allá por el resto del curso, debido a la cuestión de los artículos. El alemán hace uso de 3 atrículos en singular, cada cual con su particular índice de sexo. Masculino: Der; femenino: Die; y neutro: Das. Es decir, en ese tiempo ya sabía que --(pero en realidad 'sabía que' es un decir porque en aquella época sólo 'sabía usar')-- el español, italiano y francés sólo usan dos tipos de índice sexual: la, invariablemente para femenino, y el, il, y le para masculino.

En ese entonces todavía no sabía que en inglés sólo se usa uno, the. Ni sabía tampoco que el sexo viene (o no viene) del término mismo al que se alude con el artículo. Quiero decir, si no está ya la oposición hecha con dos palabras diferentes entre ellas (e.g. the man Vs the woman) o si dicha oposición es políticamente incorrecta (e.g. the dog Vs the bitch), entonces se puede decir, pero sólo si de verdad se quiere referir uno al sexo: the 'she dog' Vs the dog. En español, italiano y francés también hay términos que en sí mismos se oponen sexualmente: el hombre - la mujer, il uomo - la donna, l'homme - la femme, etc; pero además con el artículo se refuerza dicha distinción sexuada: se dice 'el hombre' (el+m hombre+m) mientras que 'la hombre' o 'el mujer' son enunciados incorrectos o describen algo atípico o se usan en sentido poeticón-figuradonsón-burlón.

En la clase de alemán, ignorando (aunque supiese usarlo) aún lo descrito el párrafo anterior, yo trazaba una especie de eje mental sexuado (Der perr-o --- Das perr-¿? --- Die perr-a), o me preguntaba qué podría estar en medio del eje hombre <-> mujer, entre conejo y coneja, o entre gato y gata. La maestra (se llamaba Úrsula), según recuerdo sabía hablar muy bien el alemán porque era nativa, pero no supo enseñármelo, no me supo explicar el porqué del neutro, y sólo dijo que así era y punto. Mientras leía a Benveniste pues, recordé y condensé todo lo anterior y se me ocurrió porqué y donde (aunque fuese arbitrario) podía usarse el neutro. No en cuanto a algo que ahora ya sepa de cierto y pueda trasmitir sin fallos. Tampoco en cuanto a una explicación que, aunque fuera inexacta, podría rellenar el hueco conceptual del artículo neutro a quienes estén aprendiendo el alemán y así quizá hasta facilitarles la tarea. Solamente en cuanto a recordatorio y reflexión personal, crítica piadosa a mi lengua materna.

La asignación de sexo en español, a menos que se trate de animales sexuados, también es arbitraria. Y sí, en castellano 'la puert-a' termina con la letra 'a' y por concordancia se indica a su vez con el artículo 'la'. Así, tanto su terminación como su artículo marcan al término como femenino, pero la raíz puert- también puede usarse para nombrar 'el puert-o', que está en un campo semántico totalmente distinto de 'la puerta': hoyo en una pared de proporciones humanas Vs 'el puerto': instalación marítima desproporcionada. Claro, se puede alegar que hay una relación evidente en las funciones que desempeñan, las cuales tienen que ver con permitir u obstaculizar el paso: de una o varias personas entre un espacio y otro en el caso de una puerta; y de mercancías desdel mar a un territorio en el caso del puerto; pero no se puede decir de ninguna manera que 'el puerto' sea como una puerta en macho, ni que 'la puerta' sea como un puerto en hembra. Peor aún, en español la mayoría de las palabras son femeninas y/o masculinas sin que haya ningún eje del tipo gallo - gallina, tan sólo porque así lo necesita esta lengua, porque no se contempla que algo pueda no necesitar sexo, que algo pueda no tener una contraparte masculina o femenina. Porque sexuar en español es o-bli-ga-to-rio. Además, en español muchas veces ni siquiera hay relación entre el artículo y el final de la palabra, por lo que la palabra 'final' puede ser ser masculina sin terminar en 'o', y 'televisión' es un término femenino sin terminar en 'a'. Muchas palabras del español mexicano contemporáneo se filtran desde el inglés, como: closet, skate-board, iPod, ring, así como desde muchas otras lenguas latinas, palabras que no terminan en 'a' u 'o', y que no están en ningún eje hembra-macho, de todos modos se les acaba asignando sexo por medio de uno de los dos artículos. Y para acabarla de amolar hay palabras para las que se pueden usar ambos artículos, como por ejemplo 'mar' ('la mar' y 'el mar'), y esta asignación no deja de añadir cierto carácter al sustantivo neutro (por su terminación) mar.

El inglés no es una lengua pobre, la mayor parte nada menos que de internet está en inglés, la mayor parte de la investigación y divulgación científica y la mayor parte de la música moderna y del cine están en inglés. El inglés tiene a grandes narradores y poetas, quizá también sea la mayor parte dellos. Y todo eso sin que tuvieran que asignar una concordancia sexual al artículo. En inglés el único artículo que hay es neutro. El sexo no es uno de los marcadores incluidos en el artículo. Esto quiere decir que en inglés, al menos desde el artículo, la información del sexo es irrelevante, esta debe codificarse en otro lugar gramatical siempre y cuando sea algo relevante desde el punto de vista del que escribe el texto (o expresa verbalmente una idea u oración en inglés). Es simple, en inglés el artículo es solamente un índice, una especie de flechita hacia el término que le sigue, y nada más. Hace uso de la linearidad temporal de la enunciación, y es neutro. Ahora bien, como es el único, y en lugar de disectar unifica, y por ser el único ni siquiera se menciona su neutralidad, cuando lo aprendí no me ocasionó conflictos or whatsoever.

En alemán seguramente también hay un montón de cosas que cuestionar d'entre las palabras sexuadas, debe haber toda clase de traslapes inexplicables respecto a porqué tal o cual palabra entra dentro de la categoría neutra y tal o cual otra en la de lo masculino o la de lo femenino, pero el alemán no tiene la supuesta concordancia al final de la palabra, así que desde ese punto de vista la elección sexual es arbitraria y se debe aprender de memoria (igual que en gran parte de las palabras españolas). En principio, a pesar del uso que finalmente se le de (o se le haya dado) al teutón, imagino que algunos sabios alemanes del pasado, los creadores de su lengua, estaban tratando de encuadrar en macho o hembra todos los términos de su vocabulario y se dieron cuenta de los huecos y los errores a los que eso los llevaría (como los del español actual) y entonces trataron de solucionar ese aspecto inventando y sumando a su nomenclatura el artículo neutro. Que como solución no haya sido tan óptima como la del artículo único del inglés (o del árabe), es una conclusión que depende en gran medida de en donde se funde la supuesta optimización; tengo entendido que el ruso ni artículos usa, en él las declinaciones y finales de las palabras indican todas las relaciones internas de la oración así como los marcadores de sexo y número. Como sea, el hecho de que se puedan usar tres tipos de artículo es algo poéticamente fecundísimo. Imaginemos que es más o menos como cuando ponía 'la hombre', pero con un nivel más de complejidad.

17 de octubre de 2009

El Manifiesto puntoComunista (10 de 15)

En un cierto punto del desarrollo de los medios de producción e intercambio, las condiciones bajo las cuales producía e intercambiaba la sociedad feudal, la organización feudal de la agricultura y de la industria manufacturera, en una palabra, las relaciones feudales de propiedad, se volvieron incompatibles con las ya desarrolladas fuerzas productivas; se conviertieron en otras tantas cadenas. Debían desaparecer; desaparecieron.

Su lugar lo ocupó la Libre Competencia, acompañada por una constitución política y social adaptada a ella, y por la inercia económica y política de la clase burguesa. Pero la "Libre Competencia" nunca fue nada más que una aspiración de la sociedad burguesa, que constantemente experimentaba la preferencia intrínseca de los capitalistas por el monopolio. La propiedad burguesa fue ejemplo del concepto de monopolio, negando en el nivel de las disposiciones prácticas el dogma de libertad que la ley burguesa de manera inconsistente proclamaba. Así, mientras en la nueva sociedad digital, los creadores establecen formas de actividad económica genuinamente libres, el dogma de la propiedad burguesa entra en conflicto con el dogma de la libertad burguesa. Proteger la propiedad de ideas requiere suprimir la tecnología libre, lo que conlleva la supresión de la libertad de expresión. El poder del Estado se emplea para prohibir la creación libre. A científicos, artistas, ingenieros y estudiantes se les impide crear o compartir conocimiento, con el argumento de que sus ideas vulneran la propiedad de los dueños del sistema de producción y distribución cultural. Es en los juzgados de los propietarios en donde los creadores encuentran claramente su identidad de clase, y es allí, consecuentemente, en donde comienza el conflicto.

16 de octubre de 2009

Quejas con Wagner de soundtrack

Cuando mi amada tenía como tres meses de embarazo compramos unos super audífonos de disc-jockey para conectarlos a un iPod lleno de música clásica y jazz, y poner los auriculares sobre la panza de mi ahora esposa, pensando en "educar" temprano musicalmente a la entonces todavía feto, hoy ya bebé a punto de nacer. Por diversas y variadas razones, pocas veces usamos los audífonos con ese propósito, por lo general conectábamos el iPod a la televisión para oir la música los tres juntos a un volumen que todos pudiéramos disfrutar, y ahora que ya casi nace nuestra hija, ahora que me acabo de pelearme con mi compañera, que estoy solo escribiendo estas líneas sin la aprobación ni el beneplácito della, tengo puestos los famosos audífonos sobre mis oídos y escucho a Wagner para aislarme y alejarme y concentrarme y quejarme minuciosamente.

La vida es sumamente extraña, hay ideales nobles y objetivos semi inalcanzables, hay compromisos por cumplir, hay actividades personales, hay corazones rotos y sueños hechos añicos. Hay hambre, hay frío, hay niños desnutridos y vacas medicadas en engorda. Hay tantas contradicciones. Hay tantas cosas por las que reir y gozar, que no entiendo que alguien se ponga fúrico y haga una escena porque el otro dejó sus calcetines tirados en un rincón mientras se ponía o quitaba la pijama. Me confundo, me aclaro, y me vuelvo a confundir. Hay días en los que de verdad quisiera tener un canal de comunicación directo con mi compañera para recibir positivamente todos sus reproches y sacar enorme provecho dellos y volverme un hermoso macho mexicano. Por desgracia sólo tengo canales con ruido y mecanismos defensivos y siempre acabo regándola y escalando aquella que percibo como violencia hacia mí.

¿Qué hacer?, ¿Cómo cambiar sin cambiar?, es decir, me gustan mis actividades y compromisos personales, y creo que hay espacio para ellos(as), así como para las otras ineludibles responsabilidades que son importantes para mi amada. ¿Será que me equivoco de cabo a rabo? Supongo que así es, que así ha sido... Qué rica es esta música que escucho, genera una atmósfera en mi mente que me permite serenarme, creo que me iré a dormir.

15 de octubre de 2009

De etapas y fases parturientas

En el manual del curso psicoprofiláctico, recién empecé la sección que habla del parto. Se explican los síntomas con los que se entiende que ya se está en trabajo de parto (o bueno, con los que entenderemos que mi musa ya estará en eso), y se describe el momento en el que hay que ir finalmente al hospital. Resulta que el trabajo de parto puede durar 72 horas o hasta más. Está dividido en tres etapas distintas: la primera llamada Dilatación a su vez está dividida en tres fases, a) Latente --entre 8 y 10 horas--, b) Activa --entre 4 y 6 horas-- y c) Transición --entre 30 mins y 2 horas--; luego viene una etapa denominada Expulsión; y para concluir, otra etapa nombrada Alumbramiento. De todo esto hay más información en la red así que no describiré de qué se trata cada cosa. Los tiempos que puse indican un promedio, pero pueden ser mucho mayores. Y por si eso fuera poco cada fase contiene dolorosas contracciones repetidas según intervalos de entre 5 y 15 minutos.

Así pues, mi musa tendrá dentro de algunos días (entre 6 y 30) a nuestra bebé, y para ello sufrirá una de las experiencias más agónicamente dolorosas (y cuentan también que gratificantes) que le es dado sentir a la mujer. Ha padecido situaciones indeciblemente desagradables a lo largo de los últimos ocho meses, además de sufrir antes dello terriblemente cada mes de cólicos que la deshabilitaban por completo. No digo que haya padecido todo eso estóicamente, ni que hiciera falta, pero le tocó a ella hacerlo, y lo asumió, y lo ha enfrentado mentando madres pero sin rajarse.

Esto me lleva a pensar que más que mi musa, debería llamarte mi heroína, corazón. Te admiro mucho, y contigo a todas las mujeres deste puto y cruel mundo, por prestarse a pasar por esto para dar continuidad a nuestra especie, por traer a un miembro más de la familia humana a la vida, por tu amor. Además de admirarte te estoy harto agradecido por dejarme apoyarte y estar a tu lado durante el trance, y más adelante porque creo que me permitirás participar en la crianza y educación de nuestra pequeña. Además de admirarte y agradecerte te adoro y amo, y cuando converso contigo me maravillo de tu enorme inteligencia y sabiduría.

14 de octubre de 2009

Argumentación re-traducida y comparada del Software Libre (6 de 6)

Si estás contemplando escribir una nueva licencia, por favor contacta a la FSF escribiendo a esa dirección. La proliferación de distintas licencias de software libre significa mayor esfuerzo de parte de los usuarios para entender dichas licencias; podemos ayudarte a encontrar una licencia de software libre que ya exista que satisfaga tus necesidades.

Si eso no es posible, si realmente necesitas una licencia nueva, con nuestra ayuda puedes asegurarte de que la licencia sea de verdad una licencia de software libre y así evitar varios problemas prácticos.

Más allá del software

Los manuales de software deben ser libres, por las mismas razones que el software debe ser libre, y porque en efecto los manuales son parte del software.

Los mismos argumentos también tienen sentido para otros tipos de trabajos de uso práctico; es decir, trabajos que contengan conocimientos útiles, tales como trabajos educativos y de referencia. La Wikipedia es el ejemplo más conocido.

Cualquier tipo de trabajo puede ser libre, y la definición de software libre se ha extendido a una definición de trabajos culturales libres aplicable a cualquier tipo de trabajo.

¿Código Abierto?

Otro grupo ha comenzado a usar la expresión "código abierto" para referirse a algo parecido (pero no idéntico) al "software libre". Preferimos el la expresión "software libre" porque, una vez que escuchas que se refiere a la libertad y no al precio, te hace pensar en la libertad. La palabra "abierto" nunca hace referencia a la libertad.

13 de octubre de 2009

Amenaza continental

Llegó un secretario con el presidente y le informó que los líderes ya habían llegado y estaban dispuestos a negociar. El presidente recibió amablemente a los líderes y los hizo pasar al salón de negociaciones. Los secretarios que estaban presentes en el salón se prepararon para tomar notas de lo que se fuera a decir. La discusión duró algunas horas, las exigencias al gobierno por parte de los líderes para beneficiar a sus agremiados eran demasiadas y no había forma de cumplirles sin desbalancear a otros grupos o sin tocar las reservas estratégicas de la nación. El presidente hizo una generosa oferta correspondiente al 70% de lo exigido por los líderes, para la cual hasta se bajó nuevamente el sueldo (por tercera vez en ese mes), pero a pesar de los esfuerzos presidenciales prevaleció la cerrazón de los representantes sindicales que estaban en una inusual postura de 'todo o nada'.

Entonces, como el presidente ya no cedía y mantenía su propuesta de darles sólo el 70% de lo que le pedían, surgió la amenaza. Los secretarios dejaron de escribir. El presidente palideció e hizo una mueca por un evidente nudo en el estómago. Dijo algo al oído de su secretario particular quien desapareció apresuradamente por una puerta. Cinco minutos después llegó un grupo de generales. El presidente les explicó y también ellos palidecieron, uno (el más joven) hasta se desvaneció y tuvieron que reanimarlo con sales aromáticas. Era inconcebiblemente drástica la estrategia de los trabajadores, después de 15 años consecutivos de incrementos sustanciales a salarios y beneficios, con todo lo que ganaban y todas esas prestaciones, se disponían a hacer algo atroz.

La noticia corrió como reguero de pólvora y para desactivar el problema los empresarios de la nación volvieron a bajarse el sueldo (la segunda vez en ese año) y completaron al 100% las peticiones de los trabajadores. Todo estaba justificado para evitar una temidísima marcha multitudinaria.

12 de octubre de 2009

Exponencial síndrome del nido

Ya sabía yo, por haberlo leído, y por habérmelo platicado mi mamá, que poco antes de la llegada de un hijo a las futuras madres les da el síndrome del nido. Esto es, se ponen a arreglar la recamara o el espacio donde estará el ya nada lejano nuevo miembro de la familia. Resulta que en el caso de mi amada compañera, el nido fue un impulso fuertísimo por cambiar de espacio habitacional. Vivíamos en un huevito de una habitación con un microcloset y nos cambiamos a un departamento de 3 tres 3 recámaras con enormes guardarropas en cada cuarto.

El miércoles pasado empezamos a empacar: fui enviado a comprar cajas de cartón y plástico burbuja, y comenzamos a meter cosas en cajas y más cajas (yo empecé con los libros). El jueves tuve que ir por más cajas y más plástico burbuja, metimos todo lo visible en los receptáculos de cartón tras lo cual sellé y etiqueté a cada uno. El viernes ya teníamos casi todo envuelto en cajas apiladas sobre lo que solía ser nuestra sala y en el cuarto de servicio, y por la noche llegó Óscar y nos ayudó a terminar de empacar todo lo invisible (o bueno, lo que no se veía suelto y como muebles y espejos atornillados a las paredes). El sábado hicimos algunas compras, la señora del aseo fue a limpiar a fondo el nuevo departamento por amueblar, y por la tarde nos fuimos al baby shower de nuestra pequeña. El domingo llegó temprano la mudanza y movimos todo de un depto al otro antes del medio día; luego pasamos la tarde acomodando todo con la enorme e indispensable ayuda de Caty, Magda, Pita, Doña Guille, Absorto y Arám. Estoy muy agradecido con todos ellos.

Por supuesto, tanto traqueteo y cambios no sólo no me permitieron hacer absolutamente nada más durante el fin de semana, sino que me han dejado sin internet hasta dentro de unos tres días. Con lo cual este post lo escribí al día, temprano, desde la chamba.

11 de octubre de 2009

¿Bloggers que tiran la toalla?

Ha habido un enorme decenso en la actividad bloggera de varios amigos, el Chocos, por ejemplo, no ha posteado desde el primero de septiembre en que prometió lagos estudios sobre la disonancia cognitiva. Pero la disminución de entradas mensuales en su blog ya era bastante evidente desde dos meses antes dese último post... Pero un caso muy preocupante es el de Plaqueta, que tenía un ritmo de posteo super sólido desde hacía años, y repentinamente, después del post del 10 de septiembre dejó de escribir y ya lleva un mes ausente. ¿Habrá abandonado la actividad?, ¿la habrá sustituido por su twitter?, ¿será que se enamoró y ahora se la pasa en la cama con su nuevo galán?, ¿estará embarazada y avergonzada de ya no poder ser más una sex-symbol del blog (una blogstar)? Es un misterio para mí. Y sin embargo ahora que me cambie de casa y dentro de aprox quince días tenga que ocuparme de m'hija recién nacida sé que escribir a diario se me dificultará enormemente. De cualquier modo estoy revisando y corrigiendo otro texto de la Fundación del software libre que prepublicaré aquí en una serie más (en cuanto termine la de La definición del software libre). Tal vez busque algunos textos más que quiera retransmitir acá y sólo tenga que revisar que no tengan faltas ortográfico-gramaticales y que estén correctamente agendados. Dese modo gano tiempo en lo que me vuelvo a organizar y hay internet en la nueva casa y defino mis posibilidades en cuanto a horarios. Otra cosa que haré es poner acá mis trabajos universitarios, así no debo trabajar doble, sólo los copio y pego en el blog y ya está. Es curioso que quiera a como dé lugar que este blog siga "vivo". Con todos estos cambios, modificaré completamente este espacio también. ¿No sería mejor volver a establecer de modo más espaciado la dinámica y la agenda para que me sea más fácil y siga siendo una especie de divertido juego personal?, ¿Abrir otro blog, y tener que administrar dos en lugar de uno sólo?, no lo sé... No lo creo.

Espero que mis amigos pronto vuelvan, o al menos que tengan oportunidad de postear ahí de vez en cuando, una vez al bimestre al menos o qué sé yo, espero que den señales de vida bloggera.

10 de octubre de 2009

Parecon - Parte 1 (22 de 48)

Capítulo 3
Juzgando a las economías

Todos aquellos que no son lunáticos están deacuerdo respecto a ciertas cosas. Que es mejor estar vivo que muerto, mejor estar adecuadamente alimentado que hambreado, mejor ser libre que esclavo. Muchas personas desean esas cosas sólo para ellos mismos y sus amigos; están bastante contentos de que sus enemigos deban sufrir. Esas personas pueden ser refutadas por la ciencia: La humanidad se ha convertido tanto en una familia que no podemos asegurar nuestra propia prosperidad excepto asegurando aquella de todos los demás. Si tú mismo deseas ser feliz, debes resignarte a ver a otros felices también.
— Bertrand Russell
[El capitalismo] no es un éxito. No es inteligente, no es hermoso, no es justo, no es virtuoso --y no cumple lo prometido. En resumidas, nos desagrada, y estamos empezando a despreciarlo. Pero cuando nos interrogamos sobre qué poner en su lugar, quedamos extremadamente perplejos.
— John Maynard Keynes
Cuatro instituciones económicas son lugar común en los sistemas económicos favorecidos actualmente: la propiedad privada de los bienes de producción, las divisiones laborales corporativas jerárquicas, la planificación centralizada, y los mercados. Tiene sentido evaluar a cada una por sus propios méritos. Habiendo hecho eso, evaluar los tipos de las economías será fácil.

La propiedad privada

La propiedad privada de los medios de producción existe cuando individuos privados poseen los edificios, equipos, herramientas, tecnologías, tierras, y/o recursos con los cuales producimos bienes y servicios. La propiedad privada es relevante para como evaluamos una economía en tres sentidos. Por el hecho de poseer artículos particulares los dueños deciden cómo han de usarse, estipulan mayoritariamente respecto a su disposición, y acumulan ingresos debido a que ponen esos artículos a trabajar y reclaman todas las ganancias por encima y por debajo de los costos.

Las implicaciones de emplear propiedad privada para la remuneración y la toma de decisiones son por tanto bastante directas. La propiedad privada impone lo que antes llamamos la norma uno (compensación por propiedad) como un componente dominante de la distribución de ingresos. Del mismo modo, la propiedad privada le otorga a los dueños una voz desproporcionada sobre decisiones que involucran la disposición de sus propiedades incluso si otras personas son fuertemente afectadas. Así, cuando un capitalista que emplea a muchas personas decide desplazar una empresa a una localidad nueva, el impacto puede devastar a los empleados despedidos o al pueblo dejado atrás, a pesar de ello ni los empleados descartados ni el pueblo vaciado tienen suficiente influencia en la decisión. Igualmente, por tener un voto dominante respecto a cómo es organizado un lugar de trabajo el dueño tiene una influencia vastamente desproporcionada sobre decisiones que afectan cómo los trabajadores pasan sus días.

Las implicaciones de la propiedad privada para la solidaridad son en gran medida derivativas. Al separar a aquellos que poseen medios de producción de aquellos que no los tienen, la propiedad privada genera oposición. El dueño trata de extraer las labores mayores de la fuerza de trabajo tan barato como sea posible para generar el mayor producto vendible al menor costo posible, maximizando por lo tanto el lucro mientras que también se esfuerza por mantener las condiciones que les permiten a los dueños apropiarse de las ganancias. El no-dueño (trabajador) intenta incrementar su salario tanto como sea posible y tener un día tan agradable como pueda, mientras que busca agrandar su poder para demandar más y mejorar su vida económica. El trabajador por lo tanto prefiere trabajar menos de lo que el dueño desea, bajo mejores condiciones, y con un sueldo mayor. Las motivaciones opuestas de trabajadores y dueños crean conflictos que obstruyen la solidaridad.

La diversidad es afectada modestamente por la propiedad privada. Al dividir a las personas entre dueños y trabajadores, la propiedad privada crea una gran diferencia entre las dos clases pero también crea una presión homogeneizadora dentro de dichas clases.

9 de octubre de 2009

Episodios cotidianos sueltos en fa menor

Para cambiar de departamento empecé a guardar todo en cajas. Inicié por el librero y luego guardé casi todos los libros que encontré en casa, excepto los relacionados con la mater-paternidad, y los que necesito para la carrera universitaria de letras hispánicas. Luego de cerrar todas las cajas y acomodarlas en donde solía estar la sala me percaté: guardé también Baudolino, así que no podré leerselo a mis amadas compañera e 'hijita in-ventris' hasta dentro de algunos días que ya nos hayamos cambiado y hayamos desempacado.

El miércoles pasado fuimos al seguro y la doctora que nos atendió también nos regañó: mi amada ha ingerido comida chatarra y mucha sal y ha bebido refrescos, así que la inchazón de sus pies se ha incrementado a tal grado que no le queda prácticamente ningún par de sus zapatos; todavía le falta un poco para poder ponerse los míos así que está condenada a andar descalza de aquí a que nazca la beba... Si la cosa sólo fuera respecto de la vestimenta no habría habido necesidad de reprimenda médica, el problema es el riesgo de preeclampsia, enfermedad misteriosísima aún no del todo explicada que puede ser fatal para ambas, literalmente (no literariamente). Así que ahora tendremos que ser super cuidadosos con lo que comemos, las cantidades, la cantidad de sal que le ponemos, etc.

En el curso psicoprofiláctico la instructora hizo la distinción entre dolor y sufrimiento. Entonces le pregunté cual era la diferencia y según ella el dolor es algo meramente físico, algo inevitable en muchos casos y circunstancias; mientras que el sufrimiento tiene que ver con cómo lo padeces, con una actitud ante el dolor, y es algo más bien psicológico. Luego se me ocurrió que en cierto punto también habló de "sufrimiento fetal", pero entonces, ¿es psicológico?, ¿está bien usado el término "sufrimiento" en ese contexto?

8 de octubre de 2009

El Manifiesto puntoComunista (9 de 15)

Libertad y Creación

No sólo ha forjado la burguesía las armas que le traen su propia muerte; también ha invocado la existencia de los hombres que han de blandir esas mismas armas –la clase trabajadora digital–, los creadores. En posesión de las habilidades y el conocimiento que crean tanto valor social como de intercambio, resistiendo ser rebajados al status de artículos de consumo, capaces colectivamente de producir las tecnologías de la libertad, estos trabajadores no pueden ser reducidos a ser simples apéndices de la máquina. Allí en donde antes lazos de ignorancia y de aislamiento geográfico encadenaban al proletario al ejército industrial del que formaba un componente indistinto y sacrificable, los creadores, que esgrimen un poder colectivo sobre la red de comunicaciones humanas, retienen su individualidad, y ofrecen la riqueza de su trabajo intelectual a través de una variedad de disposiciones más favorables para su economía, y para su libertad, de lo que el sistema de propiedad burguesa jamás les concedió.

Pero, en precisa proporción al éxito de los creadores en establecer la economía genuinamente libre, la burguesía debe reforzar su estructura impositiva de producción y distribución disimulada por su supuesta preferencia por el "Libre Mercado" y el "Libre Comercio". Aunque en última instancia está preparada a defender por la fuerza disposiciones que dependen de la fuerza, cuan disfrazada, la burguesía en primera instancia intenta la reimposición de su coerción a través de su instrumento de compulsión preferido, las instituciones de su ley. Así como el ancien régime de Francia, que creía que la propiedad feudal podía mantenerse por la fuerza conservadora de la ley a pesar de la modernización de la sociedad, ahora los propietarios de la cultura burguesa esperan que su ley de la propiedad haga las veces de una muralla mágica contra las fuerzas que ellos mismos han desatado.