24 de diciembre de 2011

Un laboratorio carísimo cuyo material son jeringas

El jueves pasado llegué tarde al trabajo, pero no tarde de una hora o de una hora y media, tarde. Tarde de las trece horas. De todos modos mientras salga proporcionalmente tarde de la chamba sigue siendo hasta cierto punto aceptable. ¿La razón de mi retraso? Mi musa y yo llevamos a Lucas al hospital infantil para que le tomaran una muestra de sangre. Luego pusimos una queja, y terminé llegando tardísimo a la chamba.

¿Una queja?, sí, porque el laboratoristo que le sacó sangre a Lucas se tardó años en encontrarle la vena (y mientras Lucas con una liga cortándole la circulación y en un berrido) con lo que mi musa no aguantó estar esperando y entró a defender a su crío, y en el instante en que ella entraba el tipo insertaba su aguja al brazo de mi hijo. Lo que ella vió fue una inmensa aguja clavada en un bracito diminuto enrojecido (casi morado) por la fuerza con que lo habían detenido, y a un tipo sacando y bombeando sangre con la jeringa. El tipo vio llegar a la mamá y supo que estaba perdido, con lo que se apuró, sacó una muestra diminuta de sangre, la vació en el tubo de ensayo, le pegó las etiquetas con las manos temblándole y desapareció.

Mientras salíamos mi amada estaba molestísima, y decidió que eso no se iba a quedar así. Regresó al laboratorio y pidió hablar con el jefe, yo me quedé con Lucas y a la distancia la veía quejarse. Al poco rato salió y se dirigió a un mostrador, y pidió hablar con la encargada de atención a pacientes. Ahí nos recibió una señorita de relaciones públicas super amable, nos pidió que le explicáramos qué había pasado, y le explicamos. Luego mandó llamar a la subdirectora, y también le explicamos todo lo que nos había parecido mal. La subdirectora nos escuchó, y luego nos explicó que todo eso que habíamos visto, técnicamente, estaba bien. Es más, que desde el punto de vista técnico, no podía reprocharle nada al laboratoristo (claro, ¿y qué iba a decir, "vengan señores, vamos a linchar al técnico"?).

¿Qué no nos pareció?, 1. Que al entrar nos dijeran: "mire material estéril", y abrieran una vil y vulgar jeringa, y no como en otros laboratorios, una aguja que luego conectarían al tubo de ensayo. Es decir, que el material no fuera de ese súper especializado que se usa en otros laboratorios. Y de hecho, el material repercutió en todos los demás puntos. 2. Que la primera vez que le sacaron sangre ahí a Lucas, el tipo rompiera la aguja de la jeringa, y luego con esa aguja rota le sacara sangre del dorso de la mano. 3. Que esta segunda vez, después de meter la aguja al bracito, estuviera bombeando y sacando sangre; sacando, metiendo; sacando y metiendo, cuando en la jeringa se veía una enorme burbuja de aire.

Obvio, en las dos ocasiones pincharon a Lucas una sola vez, por lo que sabemos que le encontraron la vena a la primera. Y nuestro pequeño está bien, por lo que no hicieron ninguna etupidez. Y por supuesto, la subdirectora nos aseguró y garantizó que desde el punto de vista técnico, blablabla... Sí, desde el punto de vista técnico podrá ser lo que sea, pero si hubieran usado material estándar de extracción de sangre, nada nos habría saltado, y probablemente ni nos hubiéramos quejado. Con lo que sí, tal vez desde el punto de vista técnico todo está ok, pero desde el punto de vista de la imagen no. Es más, el impacto fue tal que de ahora en adelante iremos a hacerle los estudios a Lucas a otro laboratorio.

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