20 de octubre de 2012

Relaciones condenadas 1 de 6

Ahora estoy de regreso, no llevé ni lo que la ola, ni tampoco toqué al silencio (el silencio vive conmigo), ni tampoco suspiro. Amo, pero no de lejos, a mis criaturas ruidosas y a mi dulce compañera.

En esta ocasión para recuperar los posts perdidos les dejaré la traducción de un artículo de gawker (Today's gossip is tomorrow's news) que compartió el Óscar acerca de porqué eso de la pareja es algo obsoleto y condenado (en la mayoría de los casos) al fracaso. Yo personalmente no estoy de acuerdo con algunos puntos, pero haré mi crítica más adelante (más adelante haré muchas críticas), mientras tanto a lo que me trujo.

Link original donde está publicado el artículo en inglés

Aquí está el porqué su relación está condenada, y otras confesiones de un terapeuta.

El nuevo terapeuta residente de Gawker, don Anónimo, es un terapeuta titulado que atiende a muchos y distintos pacientes, pero se especializa en adolescentes y terapia de parejas. Tras muchos años en el campo, don Anónimo tiene montones de historias y revelaciones que compartir. Publicaremos algunas de ellas aquí. Hoy: una dosis de realidad de pareja.

Si tienen cualquier pregunta que quisieran hacerle a nuestro terapeuta, mándenlas (en inglés) a gawkertherapist@gmail.com con el Asunto: “Therapist”. Usaremos las preguntas más relevantes para su publicación.

¿Puede usted saber desde el principio qué parejas van a separarse?

No. Yo normalmente le digo a las parejas que para nuestra tercer sesión juntos, deberíamos tener una buena idea de si están comprometidos inequívocamente para arreglar o terminar la relación. Es muy difícil hacer terapia de parejas si uno o los dos participantes tienen un pie adentro y el otro afuera. También debemos determinar si uno o ambos participantes pueden superar por completo las fechorías subjetivas del (la) compañero(a). No pueden usar esas cosas para echárselas entre ellos en cara ni servir como la base del enojo residual posterior. Eso puede dificultarse porque mientras que la mayoría de las personas se sienten capaces de dejar ir el enojo, es extremadamente difícil no mantener ningún rencor. Yo trato de recordarle a mis clientes que no son malas personas si no pueden perdonar las transgresiones; sólo es quienes ellos son. Es mejor ser honestos al respecto.

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